29 de agosto de 2013

¿NUEVOS CAMBIOS O NUEVA ETAPA?





Un Proyecto Compartido desde el PSOE de Jerez



La proximidad del nuevo gobierno andaluz dirigido por Susana Díaz tras la marcha de Griñán nos acercaría a una más que deseada transformación del modelo de gestión pública que vendría propiciado por: una mayor y mejor transparencia, por la proximidad con la ciudadanía, y en un entorno de alianzas políticas basadas en el diálogo, en la confianza y en la elaboración y gobierno conjunto de un modelo alternativo, más allá de la resistencia,  al neoliberalismo corrupto, ladrón y generador de mayores desigualdades.

Nuevo proyecto basado en un modelo de cambio generacional,  y en nuevas alianzas estratégicas que aspiran a la estabilidad, pero un cambio, que requiere en todo caso de abrir el modelo a la confianza ciudadana. Ello requiere de una actuación radical contra la desafectación política, que nos lleva inexcusablemente a un  cambio de paradigmas como ejes de la nueva acción pública.  El PSOE de Andalucía comienza a dar los pasos para un cambio de etapa.

Sin embargo, el PSOE de Jerez, tras su breve paso por el gobierno de la ciudad y el estrepitoso descalabro electoral de las últimas elecciones municipales, aunque con un cambio generacional importante en su nueva dirección, mantiene su estructura y su oposición en unos parámetros clásicos de equilibrios internos que les mantiene distraídos de esta nueva realidad. En todo caso, su mera observancia o atención  se transforma en puro desconcierto propios de la buena voluntad y escasez de visión.





En esta nueva etapa, los jerezanos y jerezanas tienen que ser el eje y el actor principal del nuevo modelo. Especialmente nuestra juventud. Porque no estamos ante una generación perdida. Tampoco es una generación de tránsito. Es y mucho más que nunca la mejor generación preparada de la historia de España. Por tanto, es una generación con más conocimiento y con nuevos recursos y cuya aparente despreocupación social  responde al descrédito de la política por su fractura con la nueva realidad.

Su situación y su opinión es central. Profundizar en la democracia es hacer partícipe a la ciudadanía en los centros de decisión de la nueva construcción social y política. Su empoderamiento, alimenta su dignidad ciudadana y les fortalece y nos fortalece como alternativa del nuevo cambio.     

Para ello se requiere un papel mediador del Partido; con menos poder partidista y con más presencia ciudadana. Con el Partido pero con menos partido. Con los ciudadanos pero con más ciudadano. Haciéndoles partícipes de las decisiones propias, suyas y nuestras,  desde su realidad social y en nuestros ámbitos internos. Porque la utilidad de los partidos políticos de izquierdas, en esta nueva etapa, sólo  lo serán desde la confianza, desde la participación ciudadana y desde la ejemplaridad de la nueva dirección comprometida con su entorno natural.





La ejemplaridad ciudadana como testimonio se impone ante una militancia desconcertada que se mantiene al abrigo de que las victorias internas resuelvan el destino de un futuro expectante. Por ello, la construcción de Plataformas al amparo de la búsqueda de solución para  nuevos problemas sociales y su extensión entre la ciudadanía es una muestra palpable de la desconfianza en la política - (real politic versus policy network). Es decir,  de la política como juego de poder a la política como construcción de justas realidades sociales. Una construcción de redes, donde la política responde al interés real de la ciudadanía, cobra impulso y son creíbles por la autenticidad de sus métodos y por la ejemplaridad de sus dirigentes.

Por eso, esta nueva etapa requiere situar la política en el escenario del espacio público, donde cobra su propia naturaleza. Interactuando con las personas sufridoras del desempleo, de los desatendidos por los servicios públicos, de los usuarios de servicios sociales, de los enfermos en listas de espera, de los estudiantes sin recursos, de los emprendedores sin créditos, de los desahuciados por banqueros, en definitiva de los que sienten cada día que la esperanza se amortiza cada vez que amanece.

Una estrategia movilizadora partido-ciudadano en continuo diálogo de construcción alternativa. Ganar juntos la calle para cambiar juntos las instituciones. Pero no nos equivoquemos, juntos no significa “junto con” sinónimo de acompañamiento y de intermediación exclusiva, sino “juntos desde” como ciudadanos que vivimos en un mismo espacio donde los problemas son compartidos pero sobre todo lo son vivenciados.





Por eso, hoy desde nuestra izquierda democrática se hace cada vez más imprescindible que esta nueva etapa responda a los criterios de un  modelo de Proyecto Compartido. Socialismo es Proyecto Compartido. Desde la autonomía partidaria, pero con un diálogo constante con los actores que conforman el descontento y la ruptura de la confianza en nuestros dirigentes. Con nuevas fórmulas  superadoras del binomio ciudadanía-versus militancia.

Ello requiere impulsar un movimiento regenerador de nuevas esperanzas desde la construcción diaria que pretenda: dialogar-ocupar-espacios-encuentro….constructor de nuevas alternativas…..No podemos sostener como respuesta haber ejecutado tan sólo un cambo generacional que vive entre una experiencia de fracaso anterior y el desconcierto de un  presente irredento con una élite local mediatizada por la opinión publicada de medios adversos.

La construcción social de los problemas hay que definirlos e incorporarlos, junto con los afectados, a nuestra agenda política, analizando con ellos la definición de los problemas, reflexionando en torno a ¿cómo nos ven?,  e incorporando en nuestros métodos los elementos de cambio que alimenten el proceso en la dirección de la etapa en que estamos.

 Estamos Obligados por tanto a construir un nuevo horizonte electoral en la ciudad de Jerez y eso requiere de elementos sólidos para esta nueva etapa. En definitiva una nueva etapa que nos ejemplariza como ciudadanos y nos vertebra como esperanza y como alternativa.

                                                                                                     Manolo Montero – Agosto 2013