16 de junio de 2010


Todo cambia. Hoy todo cambia. Que la vida sea un cambio constante puede considerarse como un elemento constitutivo de una sociedad dinámica. Además, los cambios siempre se anuncian para mejorar las condiciones actuales.

Sin embargo, aquellos cambios que propiciaban una carrera ascendente de las condiciones entre generaciones parecen haber dado al traste.

Hoy el cambio es a la baja. Todo cambia y todo baja. Bajan los salarios, bajan las prestaciones, baja el empleo, baja la seguridad, baja la autoestima y puestos a bajar, también bajan hasta las temperaturas a las puertas de entrada al verano.

Pero hay quienes no se conforman con que todo baje. Son aquellos que desean tener a su disposición la facultad permanente de que las condiciones puedan bajar a su antojo.

Los patronos de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales han buscado en las negociaciones por la reforma laboral romper el marco de la negociación colectiva y apoderarse a su antojo del instrumento de la seguridad en el trabajo.

Está claro que en el mercado no todos ganan y existen siempre quienes aprovechando las crisis se empeñan en quedarse con todo.

Cuando unos bajan en sus pretensiones otros no cejan en subir con las suyas. Así no es posible salir de la crisis.