6 de abril de 2016

Cádiz-Jerez: ¿la otra Andalucía?

Escribo sobre la provincia de Cádiz para toda la provincia de Cádiz. Y lo hago desde Jerez, que sin ser capital de provincia, es la quinta ciudad de Andalucía. Y lo hago para Jerez, pensando en toda la provincia de Cádiz, la tercera provincia andaluza. 
Un nuevo discurso, en términos económicos y en paralelo, concita el acuerdo entre las administraciones central, gobernada por el PP, y la administración autonómica andaluza gobernada por el PSOE.
Primer discurso: el nuevo eje estratégico andaluz de grandes ciudades está compuesto por Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada, gobernadas por alcaldes de ambas organizaciones políticas.
Segundo discurso: la provincia de Cádiz en conexión con el eje Atlántico, más Murcia y Extremadura, serán objeto de un tratamiento extraordinario con recursos procedentes de fondos de la Unión Europea, con la finalidad de “modificar su estructura productiva”, mediante la implantación de una ITI –Iniciativa o Inversión Territorial Integrada-.
El primer discurso surge como presión de las ciudades de Córdoba y Granada al ya de por sí consolidado 'eje estratégico' centralizado andaluz de las ciudades de Sevilla y Málaga. Recientemente, estas cuatro ciudades ya han celebrado, entre otros, un encuentro de sus alcaldes en la ciudad de Córdoba donde, al amparo de su conexión por el tren de alta velocidad cierran una alianza estratégica donde reclaman “avanzar en la descentralización de las competencias locales”; avanzar en “la suma de esfuerzos para la localización de oportunidades en los campos tecnológicos, cultural, infraestructuras, universidades y empresa privada”; y se citan para “presentar ofertas conjuntas en el apartado turístico” emplazándose todos sus titulares a “cumplir los programas” concertados entre ellos, mostrando su oposición a los “localismos” (diversidad y complementariedad).
En resumen, toda una declaración política de carácter estratégico surgida desde lo local, con el apoyo del Gobierno andaluz, a modo de Iniciativa Territorial Integrada, y con carácter municipal que conoce sus potencialidades y busca la oportunidad, la colaboración y los recursos para su implementación. Sus alcaldes, rubricarán antes del próximo verano un convenio que regulará e impulsará la colaboración en materia turística que se lanzará en Japón, con imagen corporativa propia que después derivará hacia los mercados de China, Estados Unidos y Rusia, concretado en un producto cuyas fortalezas se encuentran en el flamenco, la gastronomía y la monumentalidad de sus ciudades.
Esta sería la primera de sus iniciativas, otras apuntan a la consolidación de Málaga (1,6 millones habitantes) como ciudad española de las artes y como centro financiero; Granada como centralidad de ciudad universitaria, investigadora, monumental; Sevilla (1,9 millones de habitantes) como centralidad logística y eje de comunicaciones. Además de otras iniciativas de carácter estratégico que vienen desarrollando equipos de trabajo compartido por las cuatro ciudades.

A modo de remedio, se pone a funcionar el segundo discurso: la Iniciativa Territorial Integrada para la provincia de Cádiz (1,2 millones de habitantes). El principal objetivo que pretende la ITI es “modificar la estructura productiva de la provincia de Cádiz”. Sin embargo, las medidas que la llenan de contenido manifiestan una débil proyección futura, dada la absorción de recursos por las comarcas o poblaciones, en detrimento de los sectores estratégicos claves que debieran ser consensuados para su implementación.
Toda una iniciativa que resulta plausible por su acierto, originalidad y metodología. Como bien dicen sus propulsores, “las oportunidades no tienen sesgo político”. Sin embargo, la implementación de las medidas para activar estas iniciativas, como es el caso, sí deriva en un modelo de desarrollo que requiere de los recursos de todos los andaluces y que insiste en profundizar 
la fractura del centro-periferia.
Del mismo modo, el desarrollo de la planificación de los proyectos, al amparo de esta ITI, viene provocando recelos y disgustos en las poblaciones y ayuntamientos de la provincia, dado que la definición de las propuestas no convence y los intereses locales no se sienten reflejados. Consecuencia de lo anterior, algunas de las medidas propuestas vienen a complacer clientelas provinciales, y otras  sustituyen con recursos extraordinarios la prestación de servicios comprometidos por la propia administración andaluza.
La Iniciativa Territorial Integrada, por sus recursos y por su propia bondad, supone una gran oportunidad para construir un modelo económico que nos aleje de la estacionalidad, de la precarización y de la exclusión periférica y que nos acerque a la cooperación, a la complementariedad y a la solidaridad andaluza. Por ello, en Cádiz como provincia y en Jerez como gran ciudad necesitamos de un relato propio, que explique y desarrolle nuestro potencial económico, insertando nuestro discurso como parte del modelo integral andaluz. Jerez, como quinta ciudad de Andalucía, lo necesita; y Cádiz, como tercera provincia en población andaluza, también.
 Esta oportunidad no puede ser fallida.