Quedábamos siempre por la mañana,
la hora del café, todos los martes.
Sobre la mesa, en la conversación,
ideas con ceniza
y alguna que otra llama
se unían al calor de la tertulia.
En este transcurrir de la palabra,
el tiempo recupera su frescura.
Un rayo de ilusiones compartidas
se cuela entre la pausa de un buen sorbo,
y deja en la retina
nostalgia de futuro;
tras la experiencia firme
de un viejo compromiso.
Allí habitan historias de otro tiempo
que hoy reclaman tu sitio en este día.
Con tus amigos de "Coso"
Casto, Juan, Juanma y Manolo