Estos días azules y este sol de la infancia
Antonio
Machado
La Levedad Suprema nació entre la ternura
de un buey junto a
una mula y algunos pastorcillos
para alegrar la
fiesta
Hacia allá cabalgaron unos Reyes de oriente
a ofrecer por
presentes todas sus pertenencias.
Hijo de un
carpintero y una madre soltera,
–sin libro de
familia – no necesita de oro,
ni perfumes de
incienso.
Al niño de María, como
cualquier nacido,
un poco de cariño,
y un tarrito de miel;
calor, porque es
invierno, y antes que pasar frío:
Las barbas de
Melchor cubren su lecho;
potingues de
Gaspar son bálsamos de piel,
y el negro bien
curtido llamado Baltasar,
abriéndole el
camino para emprender la huida
antes que vuelva Herodes
a oscurecer la luz
de estos días azules y este sol de la infancia.
Manuel Montero.
La huida a Egipto (El Greco)